Ya hace un tiempo que quería escribir sobre esta pequeña joyita que, tras tantos años sin animación en 2D, Disney ha decidido regalarnos.
En primer lugar, me gustaría aclarar el por qué considero esta película como la nueva película que puede englobar a una nueva princesa Disney con todas las de la ley, pasando por alto a otras heroínas que técnicamente también son princesas, como Pocahontas o Kida.
Todo es básicamente cuestion de que soy una purista: las estéticas de las cinco princesas principales (Blancanieves, Cenicienta, Ariel, Bella y Jasmine) siguen un patrón de dibujo con estilo "cartoon", es decir, diseños clásicos, aniñados, muy de muñequita. A partir de Pocahontas, Disney fue variando estilos, y las siguientes princesas que nos presentó presentaban patrones muy diferentes (sobre todo en Pocahontas, que pasó de seguir un diseño infantil a ser uno mucho más adulto) que no casaban en, por decirlo de alguna forma, "la colección" de las antecesoras.
Disney apostó por la variedad y la diversidad de estilos, cosa que está muy bien, pero durante años, la compañía se vio sumida en estos nuevos horizontes, llegando a hacer obras muy buenas (véase Mulan), pero también auténticos fiascos en las últimas épocas, como Zafarrancho en el Rancho.
Al ver que la animación en 2D le iba de capa caída, decidieron vender los estudios de Orlando (yo lloré cuando me enteré la noticia...) y apostar por la animación en 3D (junto con Pixar, que supongo que no tardarán en mandarles a la santísima mierda XD) y las series juveniles y musicales tipo High School Musical y Hannah Montana como principal fuente de ingresos. Estas nuevas formas de promocionarse han dado sus frutos. Hicieron obras muy buenas (sobre todo gracias a Pixar) y han conseguido ingentes cantidades de beneficios gracias a sus series de adolescentes y a sus nuevas estrellas cantantes (odiabas por muchos, adoradas por otros, e indiferentes para otros tantos XD).
Pero se olvidaron durante demasiado tiempo a otro tipo de público. Les daban a los adolescentes las series de instituto que querían, y a los nuevas generaciones películas de animación en tres dimensiones divertidas y memorales (NO QUIERO QUITAR MÉRITO A ESAS OBRAS, que quede claro!!), pero la chispa de las "princesitas Disney" siempre ha estado ahí como un sustento innegable para Disney, y no solo por la niñas que elegían a su favorita de las cinco, si no por los que ya no somos tan niños y que aun consideramos a La Sirenita, La Bella y la Bestia y Aladdin como puras JOYAS.
Y, por fin, la Disney ha decidido volver a atacar con la baza que hacía tiempo tenía en el cajón de sastre: una nueva princesa, una nueva con todas las de la ley, con el diseño de muñequita y voz cantante, con sus vestidos y su príncipe, una sexta en la saga. Disney decidió abordar otro cuento clásico y transformarlo en un nuevo musical, esta vez, a ritmo de jazz.
Tiana y el Sapo es una delicia de película. Una nueva entrega dentro de la saga de Princesas Disney que, pese a que sigue los cánones propios de estas películas, introduce novedades como es la total alteración del cuento original (Disney siempre ha introducido variaciones importantes dentro de los cuentos de princesitas, como en La Sirenita, pero en este caso ha dado la vuelta al cuento original de La Princesa y el Sapo).
La película cuenta con una banda sonora basada en los ritmos de jazz, que si bien puede no apreciarse bien del todo la primera vez que se escucha (sobre todo si uno no está acostumbrado al ritmo del jazz), se aprecia cada vez que se escucha, dándose cuenta de la calidad de la música que, aunque no sea tan pegadiza como en obras anteriores (el compositor en este caso no es el omnipresente Alan Menken), Randy Newman hace un excelente trabajo adaptando toda la película al ritmo de New Orleans (de hecho, dos de los temas de la canción están nominados al Oscar).
Por otra parte, el elenco de personajes es carismático y entrañable, contando con una de las mejores aportaciones que se han dado en una película Disney 2D en mucho tiempo (al menos, en mi opinión).
El Dr. Facilier, el villano de la historia. Buen diseño, buena canción de presentación y, desde luego, carismático e inteligente. Además, la voz española se la presta Javier Gurruchaga, y lo cierto es que le da la guinda del pastel.
El principal problema que quizá muestre la película es que, precisamente, hay pocos minutos que protagonice este personaje, de tal forma de que te quedas con la sensación de que podría haber dado mucho más de sí en la película, pudiendo ser un nuevo Jafar o Scar.
Los personajes secundarios también están muy elaborados, teniendo cada uno una personalidad o rasgo definidos -destacando a la GENIAL, Charlott- y que quizá tampoco se exploten lo suficiente, dado que hay mucho reparto que presentar en tan solo 97 minutos de película. Y, por supuesto, los dos protagonistas, Tiana y Naveen, son memorables y presentan diseños cuidados y, a mi entender, perfectos, tanto en su versión humana como en la de sapos.
Y, en fin... qué más decir. Cierto que a mi me suelen gustar muchos las películas de animación, y más si son de princesitas, pero por eso mismo soy muy exigente con lo que veo en el género y realmente Tiana y el Sapo me merece mucho más que un aprobado.
Aunque no se sea aficionado a este tipo de obras, sin es duda una película entretenida para ir a pasar un buen rato al cine y olvidarte un poco de cualquier problema que te atormente, desconectar un poco del mundo real que nos envuelve y dejarse llevar un ratito por la magia de los cuentos de hadas, un mundo en donde las princesas pueden ser ranas, las luciérnagas cajún, los caimanes músicos de jazz y los únicos besos que se dan son los de amor de verdad.