martes, abril 15, 2008

Caminando sobre asfalto.



La personas tienen una extraña tendencia a rememorar el pasado.

Los ancianos pueden tirarse tardes enteras recordando batallitas, los niños se juntan para recordar travesuras o hazañas y los enamorados rememoran una y otra vez la sensación de la primera vez que se besaron.

Los recuerdos son un tesoro que poseen las personas, la capacidad de recordar los momentos de antaño, de rememorar otros tiempos y de volver a disfrutar de los antiguos buenos momentos.

Sin embargo, también hay una extraña tendencia a desenterrar viejas vivencias que hace ya tiempo se dejaron atras, a remover en las entrañas de un pasado turbio sin razón aparente, como volviendo a abrir una y otra vez cicatrices que ya habian sanado, o al menos estaban en ello.

En la vida de una persona hay miles de situaciones desagradables. Decepciones, traiciones, fracasos... son conceptos que nos persiguen y muchas veces logran darnos alcance a lo largo de nuestro camino. Sin embargo, en la gran mayoría de las ocasiones, logramos vencerlos. Nos libramos de sus gélidos dedos al agarrarnos por la espalda y corremos hacia delante, procurando dejarlos muy atrás para poder proseguir con nuestra vida.

Sin embargo, esos gélidos dedos de la decepción, de la traición y del fracaso causan cortes en aquellos lugares donde se aferran. Cortes que, por otro lado, son perfectamente sanables, bien por uno mismo con esfuerzo y dedicación, o con la ayuda de una mano amiga que vende la herida.

El problema es cuando, pasado el tiempo, se decida quitar la venda para ver el corte. Para rememorar el momento en donde esa herida fue creada... no dejándola simplemente cicatrizar.

Ese tipo de recuerdos no son de los que, en mi opinión, deban rememorarse.

No son cortes de batallitas.

Ni de hazañas o travesuras.

No son recuerdos con los uno pueda rememorar, si no de los que se debe simplemente aprender.

Aprender a tener cuidado con los las decepciones. Aprender a ver venir y evitar las traiciones. Aprender de los fracasos pasados para alcanzar futuros triunfos.

Todo el mundo aprende a base de errores. Todos nos equivocamos, todos hemos fracasado alguna vez en nuestra vida, y todos nos hemos levantado y hemos caminado sobre esos errores para encontrar los logros venideros. Los usamos como asfalto que endurece y fortifica nuestro camino. Los pisamos, y podemos verlos con solo agachar la cabeza, pero estamos tan ocupados mirando al frente que al final los perdemos de vista para siempre.... pero la lección aprendida nos acompaña siempre.

Y por eso mismo, porque lo aprendido siempre nos queda, no es necesario quitar la venda de la herida, pues ella misma se caerá sola sin que nos demos cuenta. No hay que ansiarse con arrancarla precipitadamente y esperar que al ver la herida aprendamos más deprisa del error que la provocó, porque no es así.

Todo llega a su tiempo, no es necesario rememorar el dolor que provocó los cortes en nuestra piel aquel fracaso o aquella decepción pasada para poder aprender de ella. No es necesario apretar con odio ese rasguño recordando aquel error que lo provocó, apretar y apretar hasta casi volver a abrir la herida y volver a hacerla sangrar de nuevo.

No hace falta. Tan solo hay que dejarla.

El dolor palpitante de la herida recién hecha pasará a ser un dolor atenuado, pero persistente tras el vendado. Este dolor persistente pasará a ser molestia, la molestia a ligero escozor, el escozor a un pequeño picor, que al final acabará por desaparecer para siempre.

Sin dolor. Sin angustia. Y muchas veces sin tan siquiera dejar cicatriz: desaparece y punto.

Pero, eso sí, el próximo ataque de decepción, fracaso o error sabremos bien como esquivarlo, pues aunque ya no exista ni herida ni dolor, no dejaremos nunca que vuelvan a dañarnos jamás.


Aprended del pasado, pero no dejéis que os consuma.
Enfrentáos a él, y superadlo.

A veces cuesta, a veces es difícil... pero la vida está llena de pruebas y no nos queda otra que pasarlas y seguir caminando. Y recordad que en la mayoría de las ocasiones hay cerca una mano amiga que os ayuda con las vendas, aunque a veces no seamos capaces de verla.



Y sí, post filosófico, que ya tocaba, leñes x)

27 comentarios:

Anónimo dijo...

realmente filosofico miri,algo digno de recordar, comparto tu pensamiento mas sin embargo me permito tambien recordar un fragmento de Los Heraldos Negros(poema de Cesar Vallejo)

"Hay golpes en la vida, tan fuertes… ¡Yo no sé!
Golpes como del odio de Dios; como si ante ellos,
la resaca de todo lo sufrido
se empozara en el alma… ¡Yo no sé!

Son pocos; pero son… Abren zanjas oscuras
en el rostro más fiero y en el lomo más fuerte.
Serán tal vez los potros de bárbaros Atilas;
o los heraldos negros que nos manda la Muerte.

Son las caídas hondas de los Cristos del alma
de alguna fe adorable que el Destino blasfema.
Esos golpes sangrientos son las crepitaciones
de algún pan que en la puerta del horno se nos quema." esos son los momentos que aunque querramos olvidar no podemos y que con miedo a rememorar los recordamos una y otra vez.

axy
see ya

Variax dijo...

Un post atípico pero muy profundo, como un pozo, y muy cierto, como que el ratón Pérez dirige(o dirigirá) el FBI.

Buh dijo...

Realmente bonito ^^

Sdk0 dijo...

No siempre es así... por mucho que las heridas cicatricen a veces la herida es demasiado profunda.
En esta vida realmente hay cosas que no se pueden superar, así como en ocasiones un mal golpe, un corte demasiado profundo, un maldito error te hace perder cosas realmente irrecuperables. No somos lagartijas, no nos vuelve a crecer la cola. Ni podemos probar la existencia de un cielo que nos de la esperanza de volver a reencontrarnos.
Hay cosas... que no se pueden superar, se aprende, simplemente, a vivir con ellas.

Si la herida no es tan profunda, si no es definitiva, si no es irrecuperable... hay veces que se puede salvar. Hay veces que con un esfuerzo consigues volver a enderezar las cosas, por duro que parezca, y la cicatriz será pequeña, la prueba de tu esfuerzo. Pero no siempre es así, y no podemos evitarlo todo. Si la herida es profunda, si no lo has podido evitar... en ocasiones es mejor olvidar.
Pero somos humanos, y no sé por qué estúpido motivo los humanos poseemos tanta ansia de conocimiento, pues aún sabiendo el daño que algo nos puede causar nos empeñamos en destaparlo. Y yo soy así. Así de idiota. Así de humana.
Al fin y al cabo, quizas si no la destapas pierdas algo aún más importante... ¿qué es mejor, una feliz ignorancia o la infelicidad de saber demasiado? Pues yo, personalmente, elijo ser infeliz, qué se le hará.
Y si vuelvo atras y abro mis heridas... lo hago porque quiero, porque es mi elección, pero algo muy importante... no te dejes llevar por el momento. No creas que algo está curado y superado y te acerques a comprobarlo, porque... ¿y si no es así? Eso simplemente se sabe, como tantas otras cosas.
Sé muy consciente de lo que haces, de lo que destapas, de lo que recuerdas. Y si no puedes evitar recordar, termina lo que has empezado. Una vez abras de nuevo la herida... mirala bien, pues no hay nada peor que el que se infecte y ello se extienda por el resto de tu ser. ¿Para qué, al fin y al cabo, abrir una herida aunque sea por error y dejarla cicatrizar mal? Por lo menos, aprovecha esos malos recuerdos. Tienes toda la razón: aprende de ellos. Y ten cuidado con lo que aprendas, pues las equivocaciones pueden ser la causa de cosas peores aún.
Si la cagas, analizalo bien, muy bien, para que así te sirva para algo. POues, aunque no puedas verlo en un principio, aunque el mundo parezca inóspito y oscuro.. siempre hay luz al final del tuner, al igual que siempre todo tiene un lado positivo, aunque no puedas verlo, aunque camines en círculos, aunque sólo encuentres la cruz de la moneda.
Al fin y al cabo, a nivel cósmico, no somos más que motas... lo que hay que aprender, y sin necesidad de batacazos, es a tener una visión amplia, en frio, por dificiel que sea. Sólo así se puede llegar a ser un buen curandero.
Buen post :3 Besotees!

Cloud Strife dijo...

Hay heridas que acaban por desaparecer y otras no, lo que si que hay que hacer es aprender de todas. Aunque no termine nunca de curar una herida, la marca que deja es lo que nos recuerda los errores que no debemos repetir.
Aún así, no hay que volver la vista atrás y regodearse en ellas por sistema, están ahí, lo sabemos, y eso es más que suficiente.

Nixarim dijo...

Hay cosas... que no se pueden superar, se aprende, simplemente, a vivir con ellas.

ante esta frase quisiera especificar un poco el texto porque creo que puede interpretarse por un lado que no es el que quiero: cuando hablo de heridas, hablo de las ocasionadas, como se dice, de los fracasos y errores que uno comete a lo largo de su vida, no a situaciones que ocurren fuera del libre albedrío de las personas. Hablo de los pasos en falso que uno mismo da, de heridas que, en el fondo, se provoca uno mismo al adentrarse en callejones oscuros o en pantanales con los ojos cerrados, no a cosas que nadie puede controlar.

Así, al igual que digo que esos errores y fracasos son resultado del libre albedrío de la persona que elegió el camino que conducía a ellos (a sabiendas de su presencia o no), también la sanación de esas heridas ha de correr a cargo de la persona que se equivocó o fracasó.

...

y creo que lo he liado más XDD

Anónimo dijo...

Cuanta razón tienes ^^
Mientras leia se me han puesto los pelos de punta
(:

Comiquero91 dijo...

Muy bonito el post, pero yo creo que el problema no es olvidar los recuerdos malos, tampoco repetir los buenos, pero sobre aprender los humanos siempre caemos dos veces en la misma piedra o mas veces aún, y yo soy el primero de ellos.

Anónimo dijo...

Nena, a veces nos ponemos la venda demasiado apretá y si no la levantamos una miaja, no cicatriza ni a la de tres. Sin embargo, estoy de acuerdísimo en que dejársela expuesta y apretar y apretar es una idiotez. Pero el ser humano es idiota y hay ciertos aprendizajes que tiene que hacer.

Yo apreté y apreté una barbaridad. Hice sufrir a los que me rodeaban y preocuparse (sé que lo entiendes ;) ) preocuparse incluso muy mucho y se me parte el alma al pensarlo. Pero fue un proceso natural que nadie pudo obviarme. Hoy día, hago las cosas de otra manera, también de forma natural. No radicalmente distinto, pero sí menos exageradamente. Pero a veces tienes que quedarte en la barrera y dejar que el otro se joda a sí mismo hasta que llegue a un punto en el que, o aprende o... en fin. La lealtad y el cariño te impiden muchas veces dejar que las personas a las que quieres sufran y tratas de impedir que se hagan daño. Pero es un proceso de aprendizaje que no puedes ahorrarles (porque es injusto, a la postre, les estás haciendo un mal) y a veces pienso, que realmente no querer ver sufrir a quien quieres es egoísta (porque te hace sufrir y quieres ahorrarte ese sufrimiento) y a veces, pues el mejor sacrificio es sufrir por ver sufrir, confiando en que al final, ese aprendizaje llegue y haga del otro a alguien más sabio (o más capaz de enfrentarse a las vicisitudes de la vida...). En fin, esas cosas... rallada padre, pero no te quejarás, verdad? XD

Nixarim dijo...

rallada padre, pero no te quejarás, verdad? XD

en absoluto! ^__^

y sí, es egoísta obligar a alguien querido a no sufrir o a no destaparse la venda solo por no padecer uno mismo, pero ya sabes que tampoco soy de las que se queda callada y doy mucho la plasta a la hora de expresar mi opinión ;p Pero, eso sí, cada uno elige su camino de aprendizaje, y cada cual aprende a su ritmo y hay que respetarselo.

Lo que yo quería expresar más que nada es que, si la herida ya está cerrada, lo mejor es no volver a hurgar en ella. Te has caído, te has raspado la rodilla, te has puesto yodo... ahora no te arranques las costras! X)

Anónimo dijo...

Una vez me mordió un perro lobo. Me pasé todo un verano sin poder bañarme en la piscina y todas las semanas iba al médico a que me quitara las vendas y me arrancara las costras.

Resulta que las heridas de mordedura son especiales, porque tienen que cicatrizar desde dentro o se quedan con pus por dentro y te puede dar un algo que seguramente te figuras que es muy malo...

Yo sólo te lo digo porque no siempre las soluciones más extremistas son las mejores, aunque la lógica impere y chille que sí :P

Un plasmo!

Koopa dijo...

Echaba de menos un post así! =D

Sabrina Cámara dijo...

Estoy de acuerdo en varias cosas y sin duda tienes toda la razón del mundo.

Pero hay muchos tipos de heridas, heridas que no pueden vendarse, o heridas con las que te rozas constantemente. El sufrimiento es algo muy dificil de entender y estoy haciendo una carrera de psicología justamente por ello. Está bien tu reflexión, pero tampoco hay que generalizar, porque no todos los caminos son iguales, ni tampoco todas las heridas son exteriores que se puedan vendar, hay heridas que son como tumores, y en terminos médicos se llama depresión.

PD: Espero con este comentario haber evitado la muerte de un hipopótamo volador.

LunaWolf dijo...

Buena, esa... Y tanta razón. Lástima que muchos no se dan cuenta de esa simple realidad, no?

Anónimo dijo...

Wo.............. simplemente bueno muy bueno pero me recuerda a Ogg Mandino no se por que ah....

El Jose dijo...

Las heridas cicatrizan, los huesos se sueldan, el cuerpo se cura, sí... pero el susto, lo que es el susto, no te lo quita ni Diox ;)

Y encima pa enterarte luego de que raramente te encontrarás con dos situaciones iguales y que lo que tú creías una carretera bien asfaltada es en realidad la prueba de las Zamburguesas, de Humor Amarillo.

Y entonces te quedas parao hasta que algo te hace volver en tí y te das cuenta de que eso sería como pegar un frenazo con el coche en plena hora punta de la autopista, y una voz en tu cabeza te dice lo único que puedes hacer...

"¡¡¡¡AL TURRÓOOOOOOOOON!!!"

(Sí, es humor referencial friki del malo, qué pasa)

Me gustan estos post folisófi... folinsínfi... filosenf... bueno, eso, coño, pero como decía Cousteau cuendo le dió por bajar a la fosa las Marianas, "si te vas a meter mu hondo, acuérdate de llevar un bocata... por si acaso, tú..." XD

Nixarim dijo...

Está bien tu reflexión, pero tampoco hay que generalizar

obviamente, hablo de casos generales, de las "raspaduras de rodilla" como digo por ahí arriba :) Si me pusiera a analizar punto por punto este post sería mas largo que la tira de Pequeños Incorpóreos xD

"¡¡¡¡AL TURRÓOOOOOOOOON!!!"

¡ese es el espíritu, joroña! x3

Sdk0 dijo...

[...] quisiera especificar un poco el texto porque creo que puede interpretarse por un lado que no es el que quiero [...] (Deed)

No, mujer, en realidad no es que pueda interpretarse de otra manera, sino más bien que yo no me expliqué bien del todo. Sí entendí lo que querías decir, pues yo también hacía referencia a fracasos y errores.
Al fin y al cabo, como supongo todos sabemos, duele mucho más una herida cuando sabes que es por tu culpa, y más aún si la herida no te la heces sólo a ti.

A kissu!! ;)

LiDiSaN dijo...

EHH Miri ya hacia falta uno de estos post filosoficos de los tuyos xD te lo has currao, no se como lo haces mi cabeza no da decir tantas cosas argumentadas xDD FELICIDADES!!!

Druida dijo...

Profundo este filo-post, profundo =P
No hay que martirizarse por el pasado, sino pasar de el, sin olvidarlo, claro, pero no llevarlo como una carga. Pasar del pasado, suena bastante mal XD

Anónimo dijo...

Es la primera vez que entro a este blog, y para ser lo primero que leo, está muy bien. Muy buena reflexión, comparto casi todos tus pensamientos.
Yo creo que cualquier herida se puede cerrar, excepto las causadas por la muerte de seres queridos. En cuanto al resto de heridas, "simplemente" hay que dedicarles las ganas y el tiempo necesarios para curarlas. Sobre todo tener la suficiente fuerza como para esperar lo suficiente. No se debe desesperar. Venda la herida y sigue con tu vida, pero no estés pendiente de la herida. Simplemente, un día, gracias a una gran suma de circunstancias y factores se curará. Para los impacientes, les aconsejo que nunca se separen de sus seres queridos; y si estos amigos no consiguen crear bien o dar fuerzas a uno para cerrar esas heridas y seguir caminando con naturalidad, eso es porque probablemente no es un amigo de verdad. Apóyate en los demás, no intentes hacerlo tú solo todo, puedes olvidar cosas importantes o darle la importancia que no tienen a otras. Eso sí, asegúrate de rodearte siempre bien, y estarás con un escudo lo suficientemente fuerte como para no sufrir más heridas.

Wolfgirl_Valentine dijo...

waaa al fin te puedo dejar un comentario T.T , ya me hice un blog...soy una tipa loca que a veces te deja cosas raras en el chat box...recuerdo que un vez te pregunte como comentar...en fin dejame decirte que me encanta tu blog y ahora que puedo comenzare a dejarte comentarios cada que pueda...bueno ya me tengo que ir adios!!!!

Aviadora dijo...

Tienes, toda la razón, pero a veces enfrentarte a las perlas escarlata de esa herida es tan doloroso, que simplemente prefieres olvidar...

Anónimo dijo...

Para que voy a explayarme hoy, una palabra vale. Al fin y al cabo es un comentario y evitaremos la muerte de un hipopótamo volador de más. "Touché"

Guges dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Guges dijo...

ojala olvidar y dejar que las heridas cicatricen fuera mas facil, muchas veces crees que ya se han curado y se vuelven a abrir, no obstante hay que continuar en la vida

cuidate, besos

Javi dijo...

Un blog... realmente impresionante. Llegué a él por casualidad, buscando una simple referencia para "Monster", y me encontré con un mundo mucho más rico del que podía imaginar. Hasta ahora sólo había leído las tiras de Full Metal (algunas buenísimas) y Death Note, pero al leer esta entrada, me he dado cuenta que este blog es mucho más que eso.

Una reflexión muy profunda, que comparto en cierto modo, aunque mi manera de ver la vida se ha ido oscureciendo con el paso del tiempo. Digamos que para mí "lo que no te mata deja cicatriz". Las cicatrices duelen con el mal tiempo. La mayor parte del rato ni nos acordamos de ellas, pero de vez en cuando el dolor vuelve, vívido, como el mismo instante en que fuimos heridos.

Aunque también es cierto que los perros viejos llenos de heridas de guerra son lo que más aguantan. Ya sabes, "cae siete veces, pero levántate a la octava".