Bleeeeeeeg

Cuando todo va mal, cuando piensas que lo único que queda es llorar y volver a caminar en soledad...

Cuando notas que nadie es capaz de comprenderte, o que ni siquiera existe una persona que haga el intento de ver más allá de esa sonrisa que siempre dejas dibujada en el rostro, o que justo esa persona que quieres que se fije, no lo hace.

En esos momentos de agobio en donde te cuestionas el porqué te matas en esforzarte para alcanzar unas metas que cada vez son más lejanas, o cuando estás ya cansada o cansado de ser el ejemplo de la persistencia y de quedar bien con todo el mundo por el bien de toda la humanidad, menos por el tuyo.

En esos momentos donde la vida realmente parece una mierda... solo puedes hacer una cosa:



Reírte un rato de ti mismo.


Reducir al absurdo todos los problemas y dar portazo un rato con el mundo.


Y es que, en realidad, uno nunca está solo: cuando aprendes a apreciarte, cuando eres capaz de reirte de tu cara y de lo idiota que puedes llegar a ser sin derramar ni una sola lágrima y sin deprimirte por ello, cuando llegas a QUERERTE hasta ese nivel... te das cuenta de que ni mucho menos has gastado tu último aliento.

O, al menos, no lo has malgastado.

Que más da que pierdas de vista la confianza de los demás?
aun tienes la tuya propia.

Y mientras seas capaz de ponerte dos coletas, pintarte bigotes de gato y llevar esa camisa de las spice girls del año de... las spice girls, y reirte al mirarte al espejo... nunca la perderás.


PD: Que guapa soy, joderya...