domingo, abril 02, 2006

Zoe y Mariola



Zoe y Mariola se conocieron en el parvulario.
Eran dos niñas normales, que jugaban a las muñecas, a las canicas y a tomar el té.
Al principio se juntaban porque solo se conocían la una a la otra. Luego, comenzaron a juntarse porque querían.

Poco a poco, y casi sin darse cuenta, ambas fueron creciendo juntas, haciéndose amigas, haciéndose hermanas, si no de sangre, si de corazón.
Ambas pasaron a primaria, y la pasaron esquivando a los grupitos de niñas snobs, y a los niños que solo les hacían caso para quedar bien.

Ellas dos jugaban juntas. Y si alguien quería unirse, lo aceptaban sin ningún reparo en sus juegos, mas nunca fueron tras el reconocimiento de nadie.

No tardaron en adquirir cierta fama entre sus compañeros: ambas eran niñas agradables, sin pretensiones ni maldad. Sonreían por igual tanto a los jefes de grupo, como a los últimos de la fila a los que nadie hacía caso.
Ambas eran dos buenas chicas. Dos buenas amigas. Aunque, por supuesto, cada una con su propia personalidad y pensamiento.

Y todo aquel que las conocía, no dudaba ni un segundo en admitir la siguiente verdad:

Tal vez Mariola fuese una chica graciosa, pero Zoe era la niña más bonita de toda la clase. Y algunos incluso decían que de todo el colegio.
Era pequeñita, de piel blanca, y con una brillante cabellera negra, además de poseer unos alegres ojos negros, rasgados, herencia de su mestizaje oriental.
A esto se le sumaba que, con los años, Zoe fue desarrollando múltiples habilidades.
Se apuntó a talleres de danza y canto, y en todos destacó en las primeras semanas por su gran soltura. Incluso, cuando llegó a último curso, ingresó en una buena academia de teatro con la que solía actuar en el pueblo todos los sábados.
Y todo ello sin perder esa sonrisa fresca, esa risa inocente y esa simpatía de niña pequeña.

La llamaban niña prodigio.
Pero ella nunca se lo tomó demasiado en serio.

Mariola, por otro lado, era una chica bastante más normal. Alegre, jovial, de largos cabellos castaños ondulados y ojos grades, pecosa y con cara de pilla.
Era muy buena estudiante, más siempre tenía que esforzarse más que Zoe para poder sacar buenas notas.
Pero a Mariola poco le importaba estar académicamente por debajo de su amiga, pues nunca jamás se sintió inferior.
Eran amigas.
Las dos igual de imprescindibles.
La una para la otra.

Y, todos los días, durante aquellos patios de recreo de su niñez, se traían aquella comba hecha a partir de una cuerda vieja encontrada en el trastero de Zoe, e invitaban a todos sus amigos a jugar.
Ellas dos en cada extremo de la cuerda, dándole vueltas ala cuerda e instando a los niños a saltar al son de la canción:

- Una y dos, que viene don Simón, nos quita la cuerda y empieza colección: colección, uno, colección: dos, colección:tres….

Y a cada nueva colección, un nuevo niño entraba a saltar a la comba, hasta que al final había tanta gente jugando que acababan por recoger y jugar a otra cosa.
Al escondite.
Al pilla-pilla…

A cualquier juego de niños, donde no importaba que tipo de persona fueses o que tipo de habilidades se muestren.

Juegos inocentes.

Y ellas dos siempre jugaban juntas.
Siempre.

Mas, pese a que ellas jamás vieron diferencias, el resto del mundo que las rodeaba sí las veían.
O, más bien, las imponían.

Y poco después de ingresar en el instituto, los padres de Zoe comenzaron a apuntarla a múltiples academias para pulir su gran talento: danza, ballet, canto, pintura, teatro…

Poco a poco, el tiempo que Zoe podía dedicarle a Mariola era cada vez más reducido.
Pero Mariola siempre estaba allí. Esperándola en la puerta de la academia para ir dar una vuelta, o tranquilamente es casa aguardando la llamada de su amiga cuando pudiese quedar:
Un café un fin de semana.
Media hora antes de clase de baile.
Los minutos antes entre bastidores antes de una función…

Hasta que Zoe, la final, con tanta academia y tanta clase extra, no tuvo más remedio que dejar los estudios.

Pero a Mariola eso no le importaba.
Pues sabía que, aunque tardase, al final Zoe siempre volvía con ella para ir al cine, a dar una vuelta.

Zoe siempre volvía.

Hasta que, un día, en una heladería cualquiera…

- Mariola, ¿te acuerdas de la función del sábado pasado…?

- Claro, estuviste fantástica Zoe.


- Verás… entre el público había un caza-talentos, y vino ayer a verme a casa.

Mariola dejó de beber el refresco que se estaba tomando. Algo no le gustaba en la expresión de su amiga…

Zoe, que hasta aquel momento se había mantenido con la mirada fija en su zumo, sin probarlo, levantó entonces la mirada y clavó sus bellos ojos oscuros en Mariola.

- Me voy a América, Mariola. Me voy para siempre.

Mariola la miró durante unos instantes, con los ojos muy abiertos.
Lo cierto es que no se extrañó. El talento y la belleza de Zoe no iban a quedar en el anonimato para siempre, y eso lo tenía asumido desde hacía mucho tiempo.

Un remolino de palabras se trabó en su garganta, luchando por salir de su boca y gritar que no se fuera, que no la dejara allí, que la iba a echar demasiado de menos…

Mariola sonrió.

No te vayas… ”.

- Buena suerte, Zoe.

Zoe la miró durante unos instantes.

- Te echaré de menos…

La muchacha la siguió observando durante unos instantes. Mas, a los pocos segundos, ella también sonrió.

- Gracias.

Y así fue como se separaron.
Zoe se fue, y Mariola no volvió a verla nunca más.

Al menos, no en persona.

A partir de su llegada a América, Zoe fue adquiriendo más y más fama: hizo muchas películas, grabó discos y actuó en musicales. Compuso canciones y pintó cuadros, incluso llegó a presentar su propio programa, allá en América, y cuando Mariola entró por fin en la facultad de medicina en la universidad, anunció su compromiso con un famoso productor americano.

Mariola nunca la olvidó.
Hizo más amigos, por supuesto, pues no deseaba quedarse sola, y consiguió que mucha gente estuviese a su lado.
Fue feliz, una muchacha querida, con amigos, uno o dos especiales y muchos compañeros.
Pero nunca, nunca olvidó a Zoe.
Veía todas sus películas. Compraba todos sus discos. Tenía muchas fotos suyas colgadas por su habitación, algunas de cuando estaban juntas, otras de Zoe en portadas de películas o carátulas de cds y portadas de revistas.
Y no pasaba un solo día en el que dejara de desear que volviese.

Mas ella ya había hecho su vida.
Habían reconocido su talento mundialmente.
Mariola ya no era indispensable.

Dejó de hacerle falta.

Y, pese a que este pensamiento le hacía daño, evocaba una sonrisa en su pecoso rostro: su amiga había alcanzado su meta.

Era feliz.

Y ella, por su parte, y tras mucho esfuerzo, por fin pudo encaminarse tras su sueño: ser médico.
No era tan espectacular como la fama de Zoe, pero era su ilusión.

Ambas conseguirían sus objetivos.
¿No era acaso algo maravilloso?

Así lo creía.
Y siguió viviendo…


Y entonces, una noche, cuando Mariola alcanzó el cuarto curso de medicina y caminaba de regreso su piso de estudiante, mientras jugueteaba alegre con el anillo de plata que le había regalado su novio como señal de compromiso, se encontró con una enorme limusina aparcada justo frente a su portal.

La joven se detuvo, sorprendida, y se quedó mirando aquel lujoso coche aparcado en frente al bloque de pisos.

Eran casi las diez de la noche, un 30 de noviembre.
Hacía frío, y no había nadie en la calle.

Y la puerta trasera de la limusina se abrió.

Mariola dejó caer la cartera de mano al suelo al observar a lajoven mujer que salió del coche, más tan solo necesitó dos segundos para reconocerla.

Poseía el cabello más largo y brillante que hubiese visto en su vida, negro como la noche que los envolvía. Y, pese al frío, iba ataviada con un ceñido traje color azabache, sin mangas, de corte japonés.

Mariola casi no pudo retener las lágrimas al ver que Zoe, su Zoe, su amiga Zoe, le tendía la mano a tan solo unos metros de ella.

- ¿Damos un paseo?.

Mariola no pudo resistir el impulso de echar a correr hacia ella y abrazarla fuertemente al volver a escuchar esa voz tan querida.

- ¡Zoe, has vuelto, has vuelto! –exclamó entre lágrimas.

Zoe no le respondió.
Ni tan siquiera le devolvió el abrazo.
La apartó suavemente y le dedicó una dulce sonrisa.

- Vamos, entra – dijo señalando la parte trasera de la imponente limusina, en donde la puerta aun estaba abierta. – Demos un paseo.

La limusina por dentro era aun más impresionante que por fuera: poseía un televisor de pantalla fina y dvd, ordenador integrado en una de las puertas y minibar.
Los asientos estaban tapizados de suave terciopelo rojo, y toda la parte trasera estaba separada de los asientos delanteros por una opaca lámina negra, en donde se encontraba la pantalla del televisor y un reproductor de cds.

Mariola estaba embobada mirando la cantidad de lujos, comparándolos con el limitado aire acondicionado y el mp3 de su modesto Toyota. Mientras, Zoe la observaba divertida, recostada en una de las puertas, apoyando la cabeza en su mano.

Finalmente, Mariola volvió al mundo real y miró a su amiga.
Realmente, estaba más guapa que nunca y, durante unos instantes, se sintió extrañamente avergonzada de sus vaqueros y su camiseta holgada de Hello Kitty.

Fue Zoe la que rompió el silencio.

- Hace mucho tiempo ya..

- Ah, sí, sí, muchísimo –respondió apresurada Mariola. Era la primera vez que se sentía tan fuera lugar estando con su amiga- me he alegrado lo indecible al verte aquí.

- Ya, supongo.

- ¿Sabes? ¡tengo todos tus discos! ¡todas tus películas! Las vi todas en el cine, ¡están muy bien!. Oh! Lo que lamento es no haber podido ir a ver tus obras de teatro…

- Ya, me fijé que no estabas.

- Eh?… - esto último la extrañó un poco. No podía ir a verla aunque quisiera. Ella actuaba solo en América…- ¡oh! Y felicidades por lo tuyo con ese productor, seguro que es muy…

- Me es infiel con una cantante.

Mariola paró de hablar en seco.

- ¿Qué…?

Zoe suspiró, algo fastidiada.

- Los pillé juntos entrando a un motel. Solo sigo con él para evitar escándalos y todos esos líos. –contestó indiferente, como quién tiene que explicarle un cuento a un niño pequeño.

Mariola no supo que contestar.

- Oh, yo, lo siento…

Y, ensimismada como estaba, no se percató del aumento de la velocidad que comenzó a tomar la limusina.

- Son cosas que pasan.

- Sí… - Mariola decidió desviar la conversación. – Ah! ¿sabes? Al final acabé el instituto y entré a…


- … la facultad de Medicina, en la clase tres, aunque ahora que estás en cuarto te han pasado a la dos…

Mariola volvió a guardar silencio, sorprendida.
Se quedó mirando la figura perfecta de Zoe, que había dejado de mirarla a ella y prestaba toda su atención a la ventallita tintada de la limusina.

- … trabajaste durante años como empleada en una tienda ropa para poder pagarte tus estudios en la universidad, pero al final tuviste que pedirle dinero a tus padres para que te ayudasen con alguna matrícula, cosa que ahora ya no hace falta, pues el año pasado obtuviste cuatro matrículas de honor y eso te ha facilitado entrar en el cuarto curso, además de ganarte un renombre entre diversos departamentos…

En ese momento, por alguna razón, Mariola empezó a asustarse, y comenzó a alejarse poco a poco hasta el extremo apuesto del asiento, mirando con los ojos muy abiertos a su amiga.
Lo cierto es que, hasta ese momento, no se había llegado a plantear el como Zoe había descubierto la dirección de su piso.

Y la velocidad del coche continuó aumentando.

Zoe, ignorándola, continuó hablando.

- …Y fue en una reunión de delegados en donde conociste a Daniel, un chico atractivo, pero yo no diría que guapo, con el que tuviste problemas con una de las profesoras que le empezó a tirar los tejos, pero con el que acabaste saliendo y con el que te casarás dentro de año y medio.

Mariola agarró con fuerza la mano en la que llevaba su anillo de plata.
Y justo en ese momento, cuando apartó la mirada de Zoe para pensar que demonios estaba ocurriendo y como Zoe sabía tanto sobre su vida provada, cuando por fin miró por la ventalla y descubrió como el paisaje pasaba a una velocidad exagerada.

- Zoe, ¿a qué velocidad vamos?…

- Lo se todo sobre ti - contestó Zoe, ignorando la pregunta de Mariola, y manteniendo su atención en la ventanilla- día, tras día, nunca he querido dejar de saber de ti…


Mariola dejó de prestar atención a la ventana y giró rápidamente la cabeza, centrando su mirada en Zoe.

- ¡Ni yo tampoco! ¡jamás me he perdido un solo programa en donde hablasen de ti!

- ¡Mirabas solo la vida que los demás me imponían, nunca te interesó MI vida!- respondió Zoe elevando el tono de voz y, esta vez, mirando muy fijamente el rostro de su antigua amiga.

En el lapso de unos segundos, la expresión de Zoe se volvió amarga, apretando los dientes y frunciendo mucho el entrecejo.
Mariola se sorprendió al ver la rabia contenida en aquella mirada, mas tan solo duró un instantante, pues Zoe volvió a recuperar, tras apartarse con desdén un mechón de cabello de su cara, su serenidad.

Mariola no dijo nada, tan solo la observó con angustia.
Zoe… estaba muy cambiada…

- Durante todos estos años, desde el día que me fui hasta ayer, en donde decidí venir a verte, no existió una tarde, una mañana, una noche… un escaso tiempo libre para que me sentase frente al teléfono, esperando…

Mariola la escuchaba, pero volvió a percatarse de un brusco aumento en la velocidad de la limusina.

Aquello no era normal.

Estaba asustada.
Realmente asustada.

- … cuando una obra salía mal y recibía abucheos, esperaba junto al teléfono. Cuando una película recibía malas críticas, volvía a sentarme a esperar junto al teléfono. Cada vez que un disco vendía mal, volvía al lado del teléfono a esperar. Cuando mi prometido se iba a aquel motel junto esa mujer, yo esperaba su regreso junto al teléfono… esperando, siempre esperando…

El coche había alcanzado ya una velocidad realmente alarmante. Iba tan rápido por la vía que Mariola comenzó a notar la fuerza que la empujaba contra el asiento. Los árboles del camino se convirtieron en simples manchas continuas, y se comenzaron a escuchar pitidos lejanos de coches que protestaban ante adelantamientos peligrosos. Coches que no tardaban ni medio segundo en dejar atrás.

Mariola comenzó a desesperarse, y sintió como el pánico comenzaba a surgir. En un gesto de desesperación, se lanzó hacia Zoe y la agarró por los hombros.

- ¡¡Zoe!! ¡por el amor de díos, tenemos que estar circulando a más de 180 kilómetros por hora!! ¡¡dile al conductor que pare!!

Pero la mirada de la muchacha era ausente, y cuando por fin Zoe dirigió la mirada a su amiga, mostró unos ojos llenos de lágrimas que descolocaron por completo a la pobre Mariola.

- Mariola, ¿por qué nunca me llamaste?

Mariola la miró durante unos instantes, intentando centrar sus ideas.

Aquello no cuadraba. Aquello no era real.

Iban por una carretera a velocidades desorbitadas, y su mejor amiga de la infancia, su Zoe, la que siempre fue más talentosa y guapa que ella, a la que todo el mundo llamaba niña prodigio, al fenómeno de masas que ha triunfado en América y parte del mundo, ahora le preguntaba una cosa así cuando ella tampoco se había dignado en telefonearla ni una sola vez en todos los años que llevaba en América, que jamás se dignó en preguntarle por su vida de niña simplona y sin pretensiones, jamás la llamó cuando se quedó sola a causa de su marcha, no supo nada ella durante los terribles exámenes de acceso, no contó con su apoyo cuando sus padres se separaron y ni siquiera la llamó cuando ingresó en el hospital por un tumorbenigno de piel.

Y, a pesar de eso, Mariola nunca se lo reprochó, jamás… ¿y ahora ella viene desde América solo para echarle en cara que nunca la llamara para que le alabase su maravillosa vida de lujos y fama?.

Aquello la sobrepasó.
Todo la sobrepasó.

- ¿Y qué querías que te dijera, Zoe? – comenzó a decir Mariola, notando que el miedo por la excesiva velocidad del coche iba siendo sustuído por un creciente enfado- ¿Qué esperabas? ¿Qué te llamase para cada día para decirte “oh, Zoe, eres genial” cuando millones de personas ya lo hacían…?

- Pero esos millones de personas no eran tu…


- ¿¿… y que te recordara y te volviese a recordar lo fantástica que estabas en cada uno de tus videos, de tus películas o lo bonitos que eran tus cuadros o tus temas?? ¿¿querías que te llamara para hacerte la gran pelota?? – Mariola hacía lo que podía para contener las lágrimas, pero hubo un punto en donde ya dejó de intentar cualquier disimulo y dejó que éstas fluyesen libremente por sus mejillas- ¿¡y qué pasaba conmigo!? Si tanto sabes sobre mi vida, ¿¡por qué jamás te dignaste en llamarme tu a mi!? ¡yo nunca tuve el apoyo que tu tuviste! ¡a mi nadie me alababa mi esfuerzo! ¡nadie me dio palabras de apoyo! ¡¡y nunca te loe eché en cara!!

- Pero es que yo no podía llamarte.


Mariola la miró, extrañada, sin comprender.
El asomo de las lágrimas en los ojos de Zoe desaparecieron por completo. Su mirada era ahora triste, pero firme.

- Yo te dije que me iba.

Mariola continuó manteniéndola agarrada por los hombros, mirándola sin comprender.

- Yo… te desee buena suerte… ¿no era eso lo que tu querías? ¿no ibas a cumplir tu sueño?

- ¿Mi sueño? – contestó extrañada Zoe- ¿alguna vez acaso, en todos los años que pasamos juntas, hablé sobre un futuro de fama y éxito?.

Ahora si que Mariola alcanzó el mayor de los desconciertos.
Soltó a Zoe, y comenzó a rememorar momentos…

… Zoe, Zoe, vamos a jugar a casitas hoy…

… Marioooolaaaaa, que llegamos tardeee….

… ¡de mayor seré médico, así si te pones malita te curaré!....

… ayyy… ¡ayúdame con el exámen, que no entiendo nada!....

… a Mariola le gusta Tooooni, a Mariola le gusta Tooooooniiii….

…cuando sea médico, seré muy muy famosa y saldré en las revistas…

… una y doooos, que viene don Simón, nos quita la cuerda y empieza colección….



… yo… aun no se que quiero hacer…


En ese momento, el mundo de Mariola se desmoronó por completo.
Todo lo que había creído, todo lo que había dado por sentado… todo era falso.
Zoe jamás habló de ser famosa.
Ni de cantar.
Ni de bailar.
En realidad, ni siquiera se apuntó a todos esas academias porque ella lo pidiera.

Jamás soñó con ser lo que es ahora

Creyó en la meta que le impusieron, no la que ella deseaba…. Y ella no se había dado cuenta.

Mariola observó largo y tendido a su amiga, que a su vez le devolvía la mirada sin mostrar expresión alguna.

El pitido de un coche al ser peligrosamente adelantado volvió a alarmar a Mariola, y la sacó de sus pensamientos.
Tenía que terminar con aquella locura cuanto antes, o podría suceder algo muy grave.

Pero antes, quería saber…

- Entonces- comenzó a decir Mariola- Zoe, ¿qué esperabas que te dijese al llamarte…?

Zoe no respondió durante unos segundos, en donde simplemente mantuvo la mirada confundida de su compañera.

Finalmente, respondió:

- “Vuelve”.

En ese instante, Mariola recordó fugaz y dolosamente aquel día en la heladería. Aquel triste día de la despedida, frente al refresco y el zumo…

Aquel día en donde ocultó lo que realmente quiso responder…


Un remolino de palabras se trabó en su garganta, luchando por salir de su boca y gritar que no se fuera, que no la dejara allí, que la iba a echar demasiado de menos.

Mariola sonrió.

No te vayas”.

- Buena suerte, Zoe.



Mariola la miró con los ojos muy abiertos.
Había estado esperando.

Esperando a que le dijera lo que en realidad le dictó su corazón.

Esperando… durante años.

Y ella nunca lo dijo.

Nunca lo dijo porque pensaba que era lo que Zoe deseaba.
Que Zoe quería ir allí.
Que Zoe quería esa fama.

Que idiota.
Que gran idiota…


- Pero tranquila – Mariola cortó la línea de sus pensamientos al escuchar la voz de su amiga, y volvió su atención hacia Zoe, que le sonreía desde el otro lado del asiento trasero.- ya no importa. Ahora volveremos a estar juntas. Porque he vuelto por ti, y esta vez nos iremos las dos.

- ¿Irnos? – preguntó Mariola, extrañada- ¿A dónde?

La sonrisa de Zoe se acentuó aun más, estrechándo a su vez sus rasgados ojos.

- ¿Recuerdas esos programas de la tele donde usaban muñequitos para hacer pruebas de accidentes en los coches?

- Sí….

De pronto, el aunténtico terror invadió todo el ser de Mariola.

La limusina volvió a aumentar la velocidad.

Mariola temblaba.

- Zoe, para el coche.

-¿Sabes que tengo fans que darían su vida por mí?

- Zoe, para el coche ahora.

- Tranquila, no tengas miedo. Ahora ya no hará falta que me llames para que vuelva, -Zoe se acercó, y cogió la mano de Mariola con ternura – Pues nos iremos las dos juntas.

Y Mariola explotó. Se lanzó sobre Zoe y volvió a agarrarla por los hombros, esta vez con absoluta desesperación. Las lágrimas inundaban su rostro y su voz sonó ahogada mientras gritaba.

- ¡¡Zoe, detén esto, te lo suplico!! ¡nunca quise que te marcharas!! ¡¡aquel día en la heladería en realidad me tragué mis verdaderos sentimientos porque creía que aquello era lo tu querías, que deseabas marcharte!! ¡¡aquel día quise gritar que te quedaras, que no me dejaras sola!! ¡¡no quiero que te vuelvas a ir, no dejaré que te vuelvas a ir, nos quedaremos aquí las dos juntas, te lo prometo!! ¡¡pero por favor…haz que pare el coche!!

Zoe observó la desesperación de su amiga con una sonrisa, sin darle mayor importancia.

- Mariola, Mariola… no hablas tu, habla tu instinto.
No me digas falsas verdades para que detenga el coche.

Mariola abrió mucho los ojos.

- ¿Qué…?

- Tan solo quieres salvarte…

- ¡Te estoy diciendo la verdad!

- Ah… Una y dooos, que viene Don Simón….

- ¡¡Zoe!!


- …nos quita la cuerda y empieza colección…


- ¡¡Zoe, escucháme yo…


- … colección, uno…


- … ¡nunca quise que te fueras!


- …colección dos …


- … ¡quise decirte que te quedaras!


- …colección tres…


- ¡Nunca pude olvidarte, Zoe!


- Cállate.
La mirada de Zoe se volvió severa, dura en una milésima de segundo.

Mariola, sorprendida, enmudeció de golpe y se apartó de ella, apoyándose contra la puerta.

- Cada colección no es más que una excusa. Cada niño que entra a jugar, no es más que un intento desesperado por escapar de mi. Deja de intentarlo.
Esta vez, no me iré sola.

Tras unos segundos de total y absoluta parálisis tras escuchar estas palabras, dignas de una demente, Mariola dejó rienda suelta a su pánico.

Comenzó a gritar mientras forcejeaba el cierre de la puerta, aporreando el cristal tintado, exigiendo entre sollozos al conductor suicida que detuviese el coche.

Y mientras, Zoe se recostó relajada en el aterciopelado asiento y suspiró, observando tranquila la histeria de Mariola.

- ¿Sabes, Mariola? Me estoy acordando de esos muñequitos que se usaban para las pruebas de accidente…

El coche alcanzó entonces los 220 kilómetros por hora.
Dio un giro, y comenzó a circular por el carril de la izquierda.

El carril de sentido contrario.

- … ya sabes, algunos quedaban en una pose muy graciosa después del choque…

Un coche que circulaba por aquel carril comenzó a pitar al ver a la limusina acercarse...

Mariola gritó.


- … me pregunto como nos quedaremos nosotras.


****

Me volveré a ir.

Volveré a desaparecer.

Pero esta vez, no tendré que volver a esperar tu llamada.
***
Nota: Esta historia no está relacionada con mi vida ni nada de eso... solo se me ocurrió un día mientras conducía... jeje
Que cada uno saque la moraleja como más le guste...

41 comentarios:

  1. miripunto!!

    PD: ya tienes las fotos del salon que querias en mi blog

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  2. eres muy siniestra...
    la proxima vez comentare antes de leer para ser el primero, jajaja

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  3. unh, si querias que te llamara solo tenias que decirlo, no hacia falta esta histoa (molona, eso si)

    la verdad es que da yuyu, lo bello de querer estar con alguien es hacer cosas con el, pasar el tiempo, divertirse, no creo que nadie piense en hacer que la persona que quiere acabe asi,

    PD: no me pienso subir en tu KA

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  4. Keirana, si que duermo, hoy por ejemplo me he despertado a las 15:30

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  5. Derecha, ras, curva 180, rassss. Cuidado coche enfrente vigila-derrapa-salta. Crash!

    Mierda, trata de reanimarlo, trata de reanimarlo! Joder que se nos va, que alguien le abra una vía!

    ...

    Pero deja la taladradora capullo! Las vías se abren a golpe de machete!

    ...

    Mierda, le he seccionado la yugular... Tiritas, que alguien me pase tiritas!

    Cuidado, un coche! Re-Crash!

    Y fibriló para siempre...

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  6. valeee, "vaya" corregido, lo siento... ^^U

    em... Koopa, bonito comment... no le encuentro realción, pero en fin...

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  7. Kei: tampoco es tanto si tenemos en cuenta que he llegado a casa a las 8 de la mañana, y encima no he podido dormir desde el viernes si exceptuamos el tiempo de bus (en el que me resulta imposible dormir de forma comoda

    secreto? cual es el secreto?

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  8. Gorka, deja de hacer spam, que ya van dos en un mismo post.

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  9. Deed, la verdad es que no tiene mucha relación, pero como hablabas de coches y crash-test dummies lo primero que he pensado ha sido en eso ^^U
    Por cierto, que antes no lo he dicho, el relato mola mucho! =)

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  10. XDDD tranqui, perdona si a lo mejor he resultado un poco brusca ;) (me hubiese faltado añadir un "XD" al final jejejej ^^)

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  11. jo... :_)

    (esta vez...me había currao el post! jopé! XDDD)

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  12. sirry, como no te habias pasado ....

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  13. A eso lo llamo yo enloquecer por amistad...

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  14. Vale, ya decía yo que notaba como si faltase algo que me impedía captar la dimensión total del mensaje =P

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  15. Anónimo9:53 p. m.

    O_O me encanta el relato, si, tal vez es un poco macabro, pero es fantastico, esto da pa un corto, en serio, es genial!!

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  16. Jo-der.

    Lo siento, es lo primero que me ha venido a la mente tras leer esta historia. Una historia que comenzaba tan bien pero que, de repente, da ese giro. Me ha sorprendido cómo progresivamente ha ido cambiando el tono de la historia...

    ¿Moraleja? Muchas cosas se pueden sacar de aquí, no una sola.

    Genial el relato, en serio. Me inclino ante ti, maestra.

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  17. Muy buen relato, como siempre, Deed. Tengo que releerlo con más detenimiento, pero así en una primera lectura me ha encantado, y ese "crescendo" a medida que avanza la historia me ha puesto de los nervios, de verdad...

    Sólo una puntualización: ¿un "cáncer benigno"? Un tumor puede ser benigno (es decir, crece localmente pero no se propaga a otras partes del cuerpo), pero un cáncer, por definición, es siempre un tumor maligno (que crece de forma agresiva y se propaga invadiendo otras partes del cuerpo).

    (no, no soy médico ^_^ )

    (palabrote de verificación: viurn)

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  18. oh, pero dentro del rango de gravedad, los cánceres pueden ser malignos y benignos. Es decir, un tumor es un tumor maligno o benigno (pólipo), y un tumor maligno puede convertirse en cáncer, y ese cáncer puede ser benigno (encapsulado), o bien maligno.

    De todas formas, tampoco me hagas mucho caso que hablo a ciegas XDDDD

    lo mismo tienes razón, no se, yo creía lo de arriba XD...

    oh, y me alegro de que os haya gustado! (aunque, releyendola... me ha quedao algo macabra XDDD)

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  19. > aunque, releyendola... me ha quedao
    > algo macabra

    Siempre es bueno probar cosas nuevas... Yo estaba pensando en hacer historias rarillas para no cansar siempre poniendo La Leona Furiosa en mi blog de relatos. Además, así le doy más variedad...

    ... Claro que tampoco actualizo el blog de relatos muy frecuentemente. xD

    Pero vamos, Miri, que un relato macabro de vez en cuando viene bien para cambiar de registro y no estancarse en lo mismo. ;P

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  20. Anónimo11:34 p. m.

    Una historia muy hermosa, triste, pero hermosa.
    De todas formas, no deja de ser preocupante que mientras conduces se te ocurra una historia de unas amigas conduciendo a toda leche para estrellarse, esperemos que los del seguro no se enteren :-DD

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  21. La mosquita muerta esa se tiene merecido el tozolón por no haber agarrado del cuello a la loca y haberla obligado a hostias a parar el coche en lugar de ponerse a lloriquear.

    Moraleja: ves siempre armado, nunca se sabe cuándo te vas a encontrar a alguien que esté como una puta cabra.

    Y si un desconocido te dice que subas al coche pero no adónde va... ¡no subas!.

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  22. yeeep, si no era un desconocido! XDD

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  23. Anónimo12:54 p. m.

    Lo he leído esta mañana pero hasta ahora no he tenido tiempo para comentar. Me ha encantado, mucho. Está muy muy bien.

    Y qué hijaputa la Zoe, no tiene ningún derecho a echárselo en cara a la otra, joé. Vale que no le dijese nada, pero ella tampoco lo hizo...

    Ya me he picao XD

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  24. ah, pero Mariola no fue sincera cuando se despidieron, y siendo amigas de tanto tiempo, ¿no debería haber dicho lo que de verdad sentía, por mucho que ella creyesa que era lo mejor?

    dumdidum...

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  25. yo creo que nada mas verla deberia haberle dado un abrazo y un beso, eso frena las ansias psicopatas de cualquiera

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  26. me lo dicen a menudo XDDDDD

    eso no se lo hacen a chuck norris

    XDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDD(esa me ha gustao, juaaaas XDDD)

    yo creo que nada mas verla deberia haberle dado un abrazo y un beso

    bueno, Mariola lo hace ^^

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  27. Anónimo3:14 p. m.

    Pues, mujer, si bien debería habérselo dicho, es comprensible que no lo hiciese. Cuando quieres a alguien tienes que dejarlo ir, Mariola hizo lo menos egoista (desde mi punto de vista... Uh... Rima...), lo que no me parece normal es estar ahí guardando rencor durante años por una cosa así (ya sé que la tía no es ni medio normal, qué cacho de psicópata XD). Aparte que... ¡Ni le dio su úmero de teléfono! ¡Y eso que la tenía requetelocalizada!

    Igualmente, para hacer eso ya tenía que estar colgada de antes XD

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  28. Anónimo4:12 p. m.

    Muy buena la historia, de verdad. Escribes muy bien ^^ Yo antes escribía, tengo alguna historia por ahí perdida...pero hace siglos que no lo hago...no sé... siempre me viene la inspiración cuando no puedo ponerlo por escrito :S

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  29. bueno, pues lo cambiaré XD

    Sans: umm... ya, tal vez fuese menos egoista, pero no deja de ser una mentira, y si han estado juntas como hermanas tanto tiempo que menos que ser sinceras la una a la otra, ya que, a causa de esa mentira (que Mariola pensaba que iba a beneficiar a su amiga), Zoe fue desgraciada pues ni su mejor amiga fue capaz de comprender que no le hacia ninguna gracia tener que marcharse (nunca hablo de querer ser famosa...).

    Es decir, que a veces se hacen cosas pensando que a los demás les puede venir bien, pero lo unico que se hace es cagarla más... tal vez lo mejor sería haberle dicho claramente "mira, es una orportunidad, pero yo no quiero que te marches".

    ^^

    Iris: yo soy muy vaga también a la hora de ponerme a escribir, pero al final una acaba por engancharse.... animo! ^^

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  30. > tal vez lo mejor sería haberle dicho
    > claramente "mira, es una orportunidad,
    > pero yo no quiero que te marches".

    Es algo que yo también he pensado. De todos modos, ambas, a su manera, no es que obren como buenas amigas, precisamente: una por ser rencorosa y la otra por no decir lo que siente.

    Se puede extraer una buena lección de esto, ¿no os parece?

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  31. Darja, jamia, ¿cómo te voy a odiar? XDD si a mi me mola que se discuta y tal XD

    no es que fuera la presión de sus padres, es la presión que mundo ejerce sobre ella: la personalidad de Zoe no es que sea muy fuerte, ya que todo el rato hace lo que le dicen (ballet, teatro blablabla...) por ello, ya que el mundo le impuso sus reglas, lo único que buscaba en Mariola era, a lo mejor, un "yo no quiero que te vayas" para que por una vez alguien fuera contra la corriente que la arrastra con sus "es lo mejor para ti". O tal vez buscara un "yo no quiero que te vayas, ¿qué quieres hacer tu, tener constancia de que no todo el mundo piensa que el camino que sigue es EL ÚNICO que existe y que, además, cuenta su opinión...

    ...

    me emparanoié... XDD

    (aunque por supuesto eso no quita que sea una rencorosa y que el sucidio colectivo no es que sea la mejor forma de arreglar las cosas... ^^U)

    Ah, y ya he cambiao lo del cáncer/tumor ;)

    De todos modos, ambas, a su manera, no es que obren como buenas amigas

    Cada cual con su cosa, y ese pequeño fallo en esa heladería se fue incubando durante años y años hasta que... bueno, ya digo que el final me quedó un poco macabro XDDDD

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  32. Es un relato guay, ¡no me lo esperaba para nada!
    Y sí, Zoe es una rencorosa de mierda, si se picó con la otra, que la hubiera llamado y le hubiera cantado las 40, pero eso de andar guardándose la rabia...
    Y me pregunto: ¿Quién sería el conductor? XD

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  33. -¿Sabes que tengo fans que darían su vida por mí?

    era un... ¡un fanboy! XDDDD

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  34. Anónimo9:17 p. m.

    Niños, repetid conmigo: "El suicidio colectivo sólo mola cuando todas las partes implicadas están de acuerdo."

    Y yo admito que la otra debería haberle dicho algo. Pero al final, independientemente de los amigos y del entorno, uno tiene que decidir por sí mismo, y si ella no quería...
    Que yo soy la primera que tiene problemas para decidirse a veces y decir no, pero no voy por ahí matando gente con el coche.
    ...
    ...
    ...
    Quizás SEA ESA la razón por la que mi subconsciente me dice "No te saaaaques el carneeet, almadecáaaaantaroooo"

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  35. bueno, claro, yo tampoco apoyo el acto kamikaze y tal XDDD

    solo decía que la situación de presión de "tienes que hacer esto porque es lo mejor y procura no decepcionar a la gente que confía en ti" cuando ni siquiera estas haciendo que te gusta desquicia a cualquiera... (bueno, hasta ese grado espero que no... ^^UU)

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  36. Resumiendo, ¡que las cosas bno hay que callarselas! :)

    (bagqsjcs, suena a asco XD)

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  37. Anónimo11:13 p. m.

    por favor akabo de leer tu post es genial, lo k te pido es tu permiso para dibujarlo, plasmar ese relato en estilo manga dime me dejarias y con gusto te enviare una copia, ya k kiero exhibirlo en www.shi-sei-foro-st

    espero tu respuesta

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  38. el relato es buenisimo, miri,tienes un talento unico, me a gustado tanto que he decidido guardarlo (espepro no te moleste, no te preocupes no lo publicare en ningun lado).

    PD:nuevamente perdonen lo entrometida XD

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  39. Anónimo7:19 p. m.

    todoopor qe no moera un hipopotamo voladoor =) ejeje sludOZ =)

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  40. Muy bueno.
    Enserio, me ha encantado ^^
    Me ha entrado en algunos momentos la angustia de mariola y todo 0.0

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