viernes, abril 15, 2005
Molly y la Espiral de los Sueños (Prólogo)
Molly corría con todas sus fuerzas por el frondoso y oscuro bosque, sorteando matojos y troncos caídos que aparecían por el camino y ponían en peligro su apretada huída. La niña miró sin dejar de correr a sus espaldas. No lo veía. Tal vez estaba oculto entre las densas sombras del bosque, o tal vez ya se había cansado y había dejado de perseguirla. Pero Molly no se fiaba. No podía dejar de correr, ya que de alguna forma sabía que si se detenía un solo segundo, el terrible monstruo la alcanzaría.
En su desenfrenada carrera, Molly comenzó a repasar de nuevo todas las claves. Era total y absolutamente necesario que diera con la clave exacta, si no, no podría escapar de allí nunca. Pero era realmente difícil encontrar una clave que podía ser cualquier cosa (un guiño, un movimiento de la mano…) con una criatura detrás acechándote, y además con mucha hambre.
Jadeante y muy asustada, y sin bajar su ritmo de carrera, Molly empezó a repasar todas las claves que le habían servido hasta que llegó a aquel bosque.
Pestañeó dos veces con fuerza…
No ocurrió nada.
Tosió tres veces.
No sucedió nada…
Pisó con fuerza cuatro pasos...
Tampoco era esa la clave que buscaba.
Desesperada, Molly volvió a mirar a su espalda.
Ni rastro del monstruo… tal vez era momento de tomarse un respiro. Después de todo, no podía encontrar la clave de esa manera. Al parecer, la Espiral se había renovado y la clave iba a ser completamente nueva, una que nunca había usado en todas las veces que había entrado allí.
La pequeña fue frenando su carrera poco a poco, adentrándose más en la oscuridad del frondoso bosque, hasta quedar apoyada en un roble cuyo tronco era el doble de ancho que ella.
Molly estaba agotada. Se agachó junto al tronco, apoyó las manos en las rodillas y descansó un poco. Pero no podía demorarse mucho. Sabía muy bien que cuanto más tiempo se quedara allí, más difícil sería encontrar la clave, pues cada cierto tiempo cambiaban y había que volver a empezar a buscar desde cero.
Y además había otro factor: esta muy asustada. Y las claves solían volverse más complicadas cuando se perdía el control.
Molly se incorporó y pensó atropelladamente en un montón de combinaciones.
¿Guiños? No, esa la había probado… ¿alguna palabra? ¡podía pasarse años intentando encontrar la adecuada! Y ella no tenía tiempo…
Un crujido cercano la alarmó, haciendo que de un salto quedara totalmente agazapada tras el enorme tronco. Asustada, asomó la cabeza y comprobó con sus grandes ojos castaños que no había nadie… o, si lo había, estaba escondido entre la oscuridad.
La niña suspiró, temblando.
- Molly, tranquila… -se dijo a si misma con un susurro.
Y entonces se llevó aterrada la mano a la boca. ¡Había hablado! ¡ahora sí que ya no tenía tiempo alguno!
De inmediato empezó a escucharse el estrepitoso sonido del crujir de centenares de hojas y arbustos al ser pisoteadas por la temible bestia, un sonido que elevaba rápidamente su volumen a la vez que el monstruo se acercaba hacia ella, atraído por su voz.
Molly perdió toda la calma que pudiese quedarle en aquellos instantes.
¡La clave! ¡la clave! ¡la clave!
La niña se llevó las manos a la cabeza, histérica. El sonido era ya demasiado cercano y pronto podría ver los tentáculos de la bestia entre los árboles. Buscándola, acechándola… con hambre.
Y entonces a Molly se le ocurrió, y justo cuando la enorme boca emergió entre la maleza a escasos centímetros de su cara, la pequeña cerró muy fuerte los ojos y dio una sonora palmada.
Cuando Molly abrió de nuevo los ojos, el bosque y el temible monstruo habían desaparecido. En su lugar, la pequeña se encontró en una salita con luz amarillenta, rodeada de estanterías y con un par de sillones en el centro de la estancia.
Molly destensó sus músculos, agarrotados después de tanto correr, y suspiró de alivio.
- Esta ha sido difícil… -se dijo en voz baja mientras se dejaba caer en uno de los sillones.
Sin embargo, el alivio no le duró mucho, y pronto su pecoso rostro pasó de una expresión relajada a una de fastidio. Conocía ese lugar. De toda la Espiral, era el sitio en el que más veces había visitado. Al final, después de unas cuantas visitas, había llegado a la conclusión de que había varios sitios como aquel a lo largo de todo el camino de la Espiral, como una especie de cadena de oasis entre el mar de sueños, lugares en el que sabía que nadie le iba a hacer daño, ni la iban a engañar ni a fastidiar. Sin embargo, a Molly no le gustaba ese sitio. No le gustaba su luz amarillenta, como si estuviera dentro de una fotografía vieja, ni sus extensas y retorcidas habitaciones cuadradas, todas ellas llenas de estanterías repletas de libros. Emitió un resoplido. Estaba en la Biblioteca.
Molly se levantó del sillón y empezó a vagabundear entre los pasillos, desganada. No cabía duda de que aquello era mucho mejor que el bosque oscuro, pero desde luego la Biblioteca no era el sueño ideal para ella. Era un lugar sofocante, y pese a que estaba completamente segura allí, sin monstruos ni malvados personajes que la pudiesen dañar, siempre que acababa allí la embargaba una sensación de intranquilidad, de desconfianza, como si en aquel lugar hubiera algo que no iba bien, que no encajase, pero no conseguía averiguar el qué.
Y desde luego lo que más detestaba de La Biblioteca eran, sin duda, los bibliotecarios.
Los bibliotecarios siempre estaban allí. Siempre. Y siempre acababa encontrándose con ellos, aunque ella no quisiera. Por eso ahora Molly había decidido acortar la espera y salir ella misma a buscarlos, en lugar de estar esperándolos sentada.
Generalmente no tardaban mucho en aparecer, pero en ocasiones se escondían entre las inmensas estanterías y la hacían perder el tiempo: por poco que le gustasen, los bibliotecarios en ocasiones la ayudaban a salir de allí.
Por suerte, esta vez no tardaron en aparecer. Tras una esquina, uno de ellos asomó una de sus enormes cabezas.
Los bibliotecarios eran personajes estirados, muy altos y delgados, con unas cabezas desproporcionadamente grandes y alargadas. Sus expresiones siempre eran duras, tristonas, con los gestos muy marcados bajo unas profundas arrugas. Eran más o menos como los cabezones de las fiestas de los pueblos, en donde una persona se ponía una enorme cabeza a modo de careta enorme, de forma que quedase una cabeza muy grande para un cuerpo muy pequeño.
El bibliotecario se encontraba ojeando un libro en aquel momento, y al sentir la presencia de Molly giró su enorme y alargada cabezota para mirarla. Su expresión era de cansancio, y sus enormes ojos quedaban tras unas minúsculas gafas de lectura.
Molly suspiró, un poco aliviada. El de las gafas… al menos era el de las gafas. La mujer era mucho más desagradable, al menos, a su parecer, y siempre que se encontraba con ella la sensación de inseguridad se incrementaba.
- Hola… -saludó Molly, saludando con la mano. Parecía mentira que acabara de salir de una persecución atroz en un bosque oscuro. Pero la Espiral era así: unas veces caías en un buen sueño, otras en una pesadilla, y otras en la Biblioteca… Molly ya se había acostumbrado a esos cambios. Eran su pan de cada día. – supongo que aun no estoy despierta…
El biliotecario la miró durante unos segundos. Molly recordó la primera vez que lo vio… en aquella ocasión la Biblioteca adoptó la forma de su cuarto durante unos instantes, y ella realmente pensó que había salido de la Espiral, que se había despertado. Pero entonces apareció él, el bibliotecario de las gafas, y con él trajo consigo todo el marco de la Bibliteca. La imagen de su cuarto desapareció, y todo se volvió de color amarillo viejo. “Aun sigues dentro”, le dijo aquella vez.
- Aun sigues dentro –le volvió a decir una vez más. Lo cierto que siempre la saludaba igual.
Molly observó el libro que estaba leyendo, por curiosidad, pero el bibliotecario lo cerró antes de que ella pudiese llegar a ver siquiera una página.
- ¿Puedo salir desde aquí? –le preguntó - ¿me falta mucho?
El bibliotecario ladeó un poco su enorme cabeza. Por un instante, Molly pensó que iba a perder el equilibrio de un momento a otro.
- No lo se. Nunca se sabe. La Espiral no marca un camino fijo. Se Salta por ella hasta caer fuera.
Molly no dijo nada. Sabía muy bien como iba el juego de los Saltos. De hecho, hacía nada acababa de hacer uno de ellos. Un Salto era el paso de un sueño a otro, y cada Salto se lograba al dar con la clave correcta. La claves cambiaban en cada sueño, y en ocasiones eran muy difíciles de encontrar o de hacer (una vez le tocó hacer el pino para poder realizar el Salto y cambiar de sueño… suerte que el sueño en donde se encontraba en ese momento se limitaba a un desierto con lagartijas con cola de cerdito y no en un bosque oscuro con monstruos como del que acababa de salir). Lo malo es que nunca podía saber en que lugar de la Espiral se encontraba una, o hacia dónde iba a ir. Simplemente caía en un sueño, y allí se quedaba hasta que encontrarse la clave para salir, Saltar y caer en otro… o, con suerte, caer fuera de la Espiral y despertar.
- Otra vez tú aquí…
Un pequeño escalofrío recorrió la espina dorsal de Molly al escuchar la profunda voz que habló a sus espaldas. Sabía muy bien de quién se trataba. Con una breve mirada al techo, Molly dio media vuelta para enfrentarse a la biliotecaria.
“Y yo que creía que podría irme sin tener que verla…” –pensó con cierto fastidio.
Y en efecto allí estaba, la bibliotecaria. Pese a que era una mujer, era exactamente igual a su compañero, la misma cara, las mismas arrugas y la misma cabeza enorme. La única diferencia entre ellos era el apretado moño sujeto con redecilla y palillos chinos que lucía la bibliotecaria justo en el centro del cogote.
Como siempre, la presencia de la mujer la puso muy nerviosa. Su gesto era más duro que el del hombre, y desprendía antipatía en todas direcciones.
Molly bajó un poco la cabeza, intentando aparentar respeto, aunque lo único que quería era dejar de mirarla directamente.
- ¿Me pueden decir la clave, por favor?-preguntó. En ocasiones se la decían. No tenían nada que perder… bueno, sí, podían perderla a ella, y visto lo visto con eso ambos ganarían mucho. No hacía más que vagabundear por sus estanterías y a ellos no le gustaba que nadie tocase sus queridos libros.
La biblitecaria la observó durante unos segundos sin decir nada. Luego, cogió un libro de la estantería y, mientras pasaba las páginas, dijo distraídamente.
- Papiro.
Molly levantó la mirada, algo sorprendida. Hacía mucho que no usaba una palabra como clave.
Los bibliotecarios dejaron ya de prestarle atención, y se dedicaron en cuerpo y alma a sus libros. Molly supo entonces que no sacaría nada más de ellos (cuándo se ponían con sus libros, era como si el resto de cosas desapareciesen para ellos) y que era hora de irse.
Se dirigió despacio hacia la sala en donde había aparecido tras salir del bosque oscuro. Quería darse un paseo antes de volver a Saltar. Al menos allí sabía que no iba a pasar nada, y necesitaba unos segundos de tranquilidad antes de zambullirse de nuevo en la Espiral. Quién sabe donde iba a caer esa vez. Con suerte podría caer en un sueño bonito, divertido, de donde simplemente no querría salir y podría quedarse allí hasta que el despertador o su madre la llamaran para ir a la escuela, sacándola bruscamente de la Espiral. Pero últimamente los sueños bonitos escaseaban. Molly suponía que debían de estar por ahí perdidos… la cuestión era dar con ellos.
La pequeña llegó por fin a la sala cuadrada en donde había aparecido. Llegaba la hora de realizar un nuevo Salto… y de no saber a donde iba a ir a parar.
La pequeña tomó aire y asintió con fuerza. Una cosa tenía clara: prefería arriesgarse a caer en una pesadilla a quedarse por más tiempo en la sofocante Biblioteca.
Así pues, Molly se preparó, se colocó justo delante de uno de los sillones, apretó los puños, y dijo la clave con decisión.
- ¡Papiro!
Y entonces la Biblioteca desapareció a su alrededor…
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Notas varias:
Molly y la Espiral de los Sueños es una historia muy personal, con la que quiero transmitir lo que para mi era normal todas las noches. Y es que la Espiral de los Sueños, el sistema de claves, los Saltos, incluso la Biblioteca y los dos bibliotecarios son de verdad. Es decir, son cosas con las que soñaba cuando era pequeña. Todas las noches (o la gran mayoría de ellas), cuando me quedaba dormida me adentraba en lo que yo llamaba "El Laberinto" o "La Espiral", en donde había muchos sueños y pesadillas, y se saltaba de unos a otros mediante las claves. Así pues, muchos de los sueños por los que pasa Molly, en este prólogo y en los capítulos posteriores, son sueños que de verdad tuve hace mucho tiempo. No todos eran repetidos, generalmente la espiral se renovaba cada noche, pero sí que es cierto que algunos sueños se repetían... como la Biblioteca, de la que me acuerdo perfectamente. Recuerdo ese ambiente amarillento, como si te introdujeses en una fotografía vieja, y de los dos bibliotecarios, que me daban miedo pese a saber que no me iban a hacer daño (lo cierto es que el primer encuentro de Molly con el bibliotecario, cuando pensó que estaba despierta en su cuarto hasta que apareció él, transformando toda la habitación en la Biblioteca, también fue la primera vez que soñé yo con ellos... y recuerdo muy bien la desilusión al ver al cabezón ese ahí diciéndome que seguía dormida... que desgraciao, me viene ahora vacilando y le inflo a soplamocos XDDD).
El trasfondo la historia en general de Molly y la Espiral de los Sueños se me ocurrió ayer noche, y pensé que era una buena forma que contar esas noches dentro de "El Laberinto" como yo llamaba a La Espiral cuando era niña. No se si quedará como otra de mis historias inconclusas (y conociéndome, va a ser que...) pero al menos lo intento :)
Por cierto, el dibujo de arriba es el boceto de Molly... a que es monina?? :3
Ey, es genial!
ResponderEliminarMe gusta mucho. Tiene algunos aspectos que hay que pulir, como las repeticiones de palabras, pero está MUY MUY MUY chulo.
Lo mejor es que puedo meterme dentro del relato. Quicir, al leerlo soy capaz de imaginar con mucha facilidad que estoy ahí y puedo ver a los personajes y sentir las emociones de Molly.
Eso significa que eres una muy buena comunicadora (o que yo soy muy sugestionable, o ambas cosas xD).
Pero me mola, yeah. El dibujo es muy chulo ¡Y es pelirroja! XD
Deu!
PS: Son las 7:38 y yo llevo despierta media hora, maldita sea mi estampa XD
Ah, por cierto, si tienes torrent, bájate ésto: http://bittorrent.frozen-layer.net/?details=1&id=14746
ResponderEliminarO_oU
la verdad es que me ha recordado mucho sandman, alguien que esta atrapado en un sueño, sabe que lo es y cambia de un sueño a otro por voluntad, claves etc la verdad que hasta que dijiste que eso te pasaba de verdad creia que era un homenaje a gaiman (hasta sale el bibliotecario)
ResponderEliminarrespectoa la historia no soy psicologo, pero creo que hay por ahi mas de un temor oculto y que los bibliotecarios de tu uni son algo bordes
este post es muy personal, la verad es que espero que ahora no tengas pesadillas y disfrutes de mejores sueños, (es curioso, muy poca gente puede recordar lo que sueña claramente (yo practicamente nunca), bien por ti, (alguna vez cuentanos uno de los agradables))
si necesitas hablar de lo que sea ya sabes que aqui estamos para lo que necesites
PD: ya me vi lo de los frikis esos haciendo lo de naruto, la verdad es que me rei cuando lo de los sellos (O_O uooo como haces eso?), por lo dema es una frikada como una casa
wo! me alegro de que os guste! ^_^ a ver si termino algo aunque solo sea una vez en mi vida XDDDD
ResponderEliminarSans: no me voy a poder bajar lo de torrent hasta el fin de semana (esta conexión es un poco caca...) pero he visto las imágenes y... tengo miedo O_O
sobre lo de las repeticiones de palabras... esta mañana lo he releído y he corregido algunas cosas, espero que ahora esté mejor...
Darja: a ver si es verdad y continúo... al algo (lo bueno es que aquí no hay que dibujar fondos XDDDD)
Guges: leñe! has posteao al mismo tiempo que yo! XDD
ResponderEliminar"la verdad es que me ha recordado mucho sandman"
¬¬UUUU (ya salieron comparaciones :____) ... no es culpa tuya, pero de verdad que no pretendo plagiar a nadie...)
no lo he leído en mi vida, en serio XD Es más, ya he explicao que todo viene de experiencias y sueños personales mios... y dudo mucho que ese bibliotecario que dices sea como mi bibliotecario XDDD (joer, que grima daba... y no, no puede ser uno de mi uni porque cuando soñaba con ellos tendría unos ocho o nueve años... o menos =p)
umm... por supuesto que también había sueños agradables, solo que los que más se me quedaron grabados fueron los malos ^^UU (el del monstruo en el bosque oscuro también es un sueño de verdad que tuve, y lo recuerdo muy bien porque encontré la clave justo cuando estaba a punto de comerme XDDDDD... y encima el jodío se repetía. Cada vez que acababa allí y veía el paisaje ni siquiera me molestaba en caminar: a buscar la clave y a largarse XDDDD (me acabo de acordar, que cagueta... juju))
Hace ya tiempo que no sueño con la Espiral, así que no te preocupes que esto no es de ahora XDD
de toas formas, gracias :)
PD: euh... frikis? te refieres al post? O_o
"Guges: leñe! has posteao al mismo tiempo que yo! XDD"
ResponderEliminartelepaty telepaty!!!!!!
yo de he dicho que plagies a nadie, lo de los sueños en los que vas de un sitio a otro son algo comunesy el gaiman los uso como algo mas de su personaje, simplemente habeis coincidido ,vamos, que si hubieras hablado de de platillos volantes y lagartos diria que me recuerdan a V, y no por ello plagias a nadie, ademas se que tienes una imaginacion lo bastante rica como para crearte todos los mundos que quieras y mas :3
"y lo recuerdo muy bien porque encontré la clave justo cuando estaba a punto de comerme XDDDDD... "
bicharraco con suerte....
(por lo menos tiene buen gusto)
PD: con lo de frikis me referia al video que ha enlazado sans, (ver a 10 tipos disfrazados de naruto tirandose arena a los ojos es una frikada enorme)
Realmente me ha encantado. Como dice Sans, aún queda el problema de repetición de palabras (pero no soy yo quién para criticar xD), pero la redacción, las descripciones... ¡todo! está muy bien. ^^
ResponderEliminarY yo en parte me siento identificado. A veces, en mis propios sueños, sé que estoy soñando y lo uso en mi beneficio. Y esos cambios repentinos de "escenario"... seguro que usé alguna clave y yo no me di ni cuenta. ;)
En serio, me ha encantado el relato. Y tú ve tranquila con próximos episodios, ¿eh? :D
gracias ^_^
ResponderEliminarestee... podéis especificar que palabras son las que se repiten, porfi? :)
Estupenda hstoria, miri! envidio tu imaginacion :) es muyyy buena, pedazo de sueños tenias de pequeña, y que bien escribes
ResponderEliminarMola muchísimo!! Es superoriginal y está muy bien escrito (no soy lo bastante crítica literaria como para encontrar la excesiva repetición d palabras, xD). Y el dibu está genial.
ResponderEliminarAnda que eres rara soñando... jajaja, ya no me siento sola. Yo sueño pelis, de ación, aventura, depende. Xo son historias como de película, pero más psicodélicas (en un sueño de asesinatos salía el director Skinner, el de los Simpsons. XD Fue muy surrealista)
Yujuuuuu! Mola! Esto de los sueños es todo un mundo.
ResponderEliminarRecuerdo haber soñado cuando era pequeño que mi padre se multiplicaba y aparecia por el pasillo... Uggh... esa fue una de mis pesadillas mas curiosas durante mucho tiempo (Y mira que no tengo nada contra mi padre...).
No se si soy un caso aislado, pero yo sueño en blanco y negro... (O eso o no le doy importancia al color...)
oyoo!! gracias! de verdad que en este post en especial aprecio muchísmo vuestros comentarios (los aprecio en TODOS, pero es que esto lo he escrito con mucha ilu y eso... si no le daba a "actualizar" diez veces a la hora para ver si había algun comentario nuevo no le he dao ninguna ^^UUUUUU)
ResponderEliminarme alegro de veras de que os guste... y si no, de al menos lo finjais un poco XD
a ver si no me da pereza ahora...
¿cerebro raro? ¿tengo cerebro? d'uh?
¿Tienes de eso? XDDDD
ResponderEliminarparece, que chulo, eh? XD Lo mismo lo puedo cambiar por un par de cromos... =p
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